Un equipo de investigadores del Instituto para la Investigación en Biomedicina (IRB Barcelona) y del Centro Nacional de Análisis Genómico (CNAG) identifica la proteína IL-17 como factor determinante en el envejecimiento cutáneo.
Un equipo de científicos del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona) y del Centro Nacional de Análisis Genómico (CNAG) ha descubierto que la proteína IL-17 juega un papel central en el envejecimiento de la piel. El estudio, que ha sido liderado por el Dr. Holger Heyn, del CNAG, y el Dr. Guiomar Solanas, el Dr. Salvador Aznar Benitah, ambos del IRB Barcelona, destaca un proceso de envejecimiento mediado por IL-17 hasta un estado inflamatorio.
El envejecimiento de la piel se caracteriza por una serie de cambios estructurales y funcionales que poco a poco contribuyen al deterioro y fragilidad asociados a la edad. La piel envejecida tiene una capacidad reducida de regeneración, una capacidad de curación deficiente y una función de barrera disminuida. Publicado en la revista Nature Aging, este trabajo describe los cambios que sufren diferentes tipos de células con el envejecimiento e identifica cómo algunas células inmunes de la piel presentan niveles elevados de IL-17.
«La secuenciación de células individuales nos ha permitido profundizar en la complejidad de los tipos y estados de células que forman la piel y cómo estos cambian durante la vida. No solo encontramos diferencias en la composición de la piel envejecida, sino también cambios en los estados de actividad celular. En particular, «Las células inmunes mostraron perfiles específicos relacionados con la edad, que pudimos identificar analizando miles de células individuales a la vez», dice el Dr. Holger Heyn, jefe de la Unidad Genómica de Células Unicas del CNAG», dice el Dr. Holger Heyn, jefe de la Unidad de Genómica Unicelular del CNAG.
“Nuestros resultados muestran que la IL-17 participa en diversas funciones relacionadas con el envejecimiento. Hemos observado que bloquear la función de esta proteína ralentiza la aparición de diversas deficiencias asociadas al envejecimiento de la piel. Este descubrimiento abre nuevas posibilidades para tratar algunos de los síntomas o facilitar la recuperación de la piel tras una cirugía, por ejemplo”, explica el Dr. Aznar Benitah, investigador ICREA y jefe del laboratorio de Células Madre y Cáncer del IRB Barcelona.
Células inmunes, inflamación y envejecimiento.
Además de una amplia variedad de células epiteliales, células de los folículos pilosos y otros componentes, la piel también alberga células inmunitarias, que desempeñan un papel crucial en la prevención de infecciones y la protección contra diferentes daños.
El estudio describe cómo, durante el envejecimiento, la presencia de algunas de estas células inmunitarias, en concreto las células T gamma delta, las células linfoides innatas y las células T CD4+, aumenta significativamente en la piel. Estas mismas células también comienzan a expresar niveles muy altos de la citocina proinflamatoria IL-17.
«El envejecimiento se asocia con una inflamación leve pero persistente y, en la piel, ésta se caracteriza por un aumento significativo de IL-17, que provoca el deterioro de la piel», explica la Dra. Paloma Solá, primera autora del artículo, junto con la Dra. Elisabetta. Mereu, que ahora es investigador del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras.
Revertir los síntomas del envejecimiento
Estudios anteriores habían descrito que la IL-17 está relacionada con algunas enfermedades autoinmunes de la piel, como la psoriasis, y existen tratamientos que bloquean esta proteína. El equipo de investigadores estudió la respuesta de varios aspectos al bloquear la actividad de la IL-17 , incluido el crecimiento de los folículos pilosos, la pérdida transepidérmica de agua, la cicatrización de heridas y los marcadores genéticos del envejecimiento. Estos cuatro parámetros mostraron una mejora después del tratamiento, ya que se retrasó la adquisición de estos rasgos del envejecimiento.
“La proteína IL-17 es esencial para funciones vitales del cuerpo, como la defensa contra microbios y la cicatrización de heridas, por lo que bloquearla permanentemente no sería una opción. Lo que hemos observado es que su inhibición temporal ofrece beneficios que podrían ser de interés a nivel terapéutico”, afirma el Dr. Guiomar Solanas, investigador asociado del IRB Barcelona.
El trabajo futuro de los investigadores se centrará en aclarar los procesos de envejecimiento relacionados con los estados inflamatorios de la piel y cómo se relacionan con la IL-17. El equipo también abordará si la IL-17 está implicada en el envejecimiento y deterioro de otros tejidos y órganos.
Esta investigación ha recibido financiación del Consejo Europeo de Investigación (ERC), la Generalitat de Cataluña, el Ministerio de Ciencia e Innovación de España, la Fundación Lilliane Bettencourt, la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).